(Publicado en el Diario la Prensa)
Autora: Nixa Gnaegi de Ríos
En su intervención del pasado Sábado 17 de agosto, la Presidenta de la República, Doña Mireya Mozcoso anunció su deseo de convertir el privilegiado rincón de nuestro país ubicado entre las poblaciones de Cerro Punta y Boquete, en un sitio accesible a todos los ciudadanos y especialmente a los turistas que desean contemplar en nuestro país el último reducto de bosque nuboso y refugio de aves en extinción como lo es el “Quetzal” y otras.
La intención de la presidenta es interesante. No obstante, la fragilidad ecológica de esta quebrada región llena de gran preocupación a todos lo que desde hace décadas nos hemos empeñado en preservar para el gozo de las futuras generaciones este regalo de Dios. El hecho de que se esté considerando construir una carretera que con seguridad desflorará este bosque, perturbando y destruyendo para siempre este santuario de aves, flora y fauna, único en el corredor Mesoamericano, remueve las fibras más íntimas de mi corazón y me impulsa a lanzar un GRITO DE ALERTA a todos los amantes de la Naturaleza de este planeta.
Comprendo la frustración de aquellos que por razones de salud, edad o condiciones físicas no han podido disfrutar de tan hermoso paraje. A la vez, me preocupa la idea que al cabo de algunos años, yo tampoco podré realizar esta travesía, que tantos bellos recuerdos trae a mi memoria. Es justo, por lo tanto, que desde ya, empecemos a trabajar en una alternativa que garantice un aumento sostenible de visitantes a este Parque Nacional.
Suiza, el país del turismo de montaña por excelencia, a resuelto este dilema construyendo TELEFERICOS, a sitios de difícil acceso que protegen su fauna y flora y a la vez permiten el disfrute de estos paraísos a turista de todo los niveles, y edades.
Me atrevo a apostar que organizaciones como Andubon, World Wildfund, y otras, estarán dispuestas a contribuir con el costo de tan noble obra, con tal de que se preserve el real atractivo turístico que tiene ese “ Santuario de la Naturaleza”.
Otras de las razones que esgrimen los que favorecen la construcción de una carretera por esta zona, es que permitiría la comunicación expedita entre Cerro Punta y Boquete; lo cual redundaría en un incremento del comercio entre ellas. Nada más equivocado. ! Estas dos poblaciones producen los mismos productos, y consumen bienes que ambos tienen que traer de la capital o del extranjero, para lo que igualmente tienen que bajar a la estratégica Ciudad de David.
Si es por desarrollar áreas productivas, propongo que se haga la carretera por la llamada “Ruta Sur” que conecta a Cuesta de Piedra con Potrerillos.
Esta alternativa aunque más larga (28 km. contra 12 km. Aprox.), daría acceso a muchas fincas ubicadas en las faldas del Volcán Barú que actualmente tienen que sacar a caballo o en tractores su producción de leche, naranjas, verduras y hortalizas.
La Alternativa Sur, brinda para el turismo motorizado un atractivo paisaje y garantiza la conectividad entre Cerro Punta y Boquete para aquellos que no desean pasar por David.
Es necesario, que antes de dar un paso en falso, que arruine lo que ha requerido centenares de años para formarse, se analice con conciencia las ventajas y perjuicios que una carretera por el sendero Los Quetzales nos acarreará.
En Europa más y más, se ven sitios a los que está prohibido el acceso de automóviles para proteger a santuarios ecológicos, como este, de los daños ocasionados por las emanaciones de gases tóxicos, la consecuente deforestación y las inevitables construcciones a lo largo de la ruta que ahuyentarán todo aquello que hoy es atracción turística ¿ Entonces para que carretera?.
Propongo que emprendamos una campaña, a nivel de Embajadas, Instituciones Ecológicas, el Programa de Naciones Unidas para el medio Ambiente (PNUMA) para salvar este minúsculo y último reducto del corredor Biológico Mesoamericano, donde aún se conservan retazos de bosque nuboso primario, con rica biodiversidad. El propósito de la campaña sería el de buscar apoyo para que más panameños y turistas extranjeros puedan gozar de este regalo de Dios, sin perturbar su armónica existencia, LLEGANDO A ÉL DESDE UN TELEFÉRICO, que se pudiese construir por tramos, para con propiedad poder decir:
“Conozcan el Sendero los Quetzales”
(Vía – Cerro Punta – Boquete)
utilizando el TELEFERICO!